Bélgica es uno de los países de Europa con mayor densidad de población, habitan 342 personas por cada kilómetro cuadrado. Esta masificación se concentra entre Bruselas, Amberes, Gante y Lovaina (la zona flamenca). En el país cohabitan dos lenguas principales; una de las comunidades neerlandófonas y otra de las francófonas.
El conflicto lingüístico surge entre los años 1815 y 1830 durante el reinado de Guillermo I. La primera legislación lingüística belga (16 de noviembre de 1830) establece que todas las leyes y actos del gobierno estarán escritos en lengua francesa. No obstante, la primera constitución belga de 1831 no establecía ninguna lengua oficial.
Durante aquella época el francés era la lengua utilizada por las clases altas y con poder, por ello siempre tenía más relevancia en los asuntos de gobierno. El neerlandés estaba considerado como una lengua propia del pueblo llano e inculto, un idioma que los católicos no reconocían y detestaban.
En 1873, se reconoce en el sistema judicial el neerlandés, se permite su uso administrativo público en toda la región flamenca. Unos años más tarde se acuña la moneda belga de manera bilingüe.
Las universidades tardaron más en adaptar el neerlandés en sus clases. En 1932 se aprueba en el parlamento bicameral la división de fronteras lingüísticas. En 1962 se establecen cuatro regiones; los francófonos que incluye Brabante valón, Namur, Hainaut, Luxemburgo y Lieja, conviviendo con partes de lengua alemanas; la zona de los neerlandófonos que incluye Amberes, el Brabante flamenco, Flandes occidental, Flandes oriental y Limburgo; la de los germanos que son nueve municipios en la provincia de Lieja y la región bilingüe de Bruselas y que comprende los diecinueve municipios del distrito administrativo de la capital.
El conflicto lingüístico surge entre los años 1815 y 1830 durante el reinado de Guillermo I. La primera legislación lingüística belga (16 de noviembre de 1830) establece que todas las leyes y actos del gobierno estarán escritos en lengua francesa. No obstante, la primera constitución belga de 1831 no establecía ninguna lengua oficial.
Durante aquella época el francés era la lengua utilizada por las clases altas y con poder, por ello siempre tenía más relevancia en los asuntos de gobierno. El neerlandés estaba considerado como una lengua propia del pueblo llano e inculto, un idioma que los católicos no reconocían y detestaban.
En 1873, se reconoce en el sistema judicial el neerlandés, se permite su uso administrativo público en toda la región flamenca. Unos años más tarde se acuña la moneda belga de manera bilingüe.
Las universidades tardaron más en adaptar el neerlandés en sus clases. En 1932 se aprueba en el parlamento bicameral la división de fronteras lingüísticas. En 1962 se establecen cuatro regiones; los francófonos que incluye Brabante valón, Namur, Hainaut, Luxemburgo y Lieja, conviviendo con partes de lengua alemanas; la zona de los neerlandófonos que incluye Amberes, el Brabante flamenco, Flandes occidental, Flandes oriental y Limburgo; la de los germanos que son nueve municipios en la provincia de Lieja y la región bilingüe de Bruselas y que comprende los diecinueve municipios del distrito administrativo de la capital.
en2minutos: August Becque es un joven belga de 20 años que lleva viviendo este conflicto lingüístico desde el colegio. Hemos estado con él en Bruselas donde vive y donde principalmente se habla francés. ¿Cómo ha vivido este problema?
August Becque: Desde que soy niño he oído hablar del tema. Cuando un belga que habla francés se desplaza a la zona de Flandes suele estar mal visto, de hecho cada vez que voy de excursión por pueblos a las afueras de la capital procuro hablar inglés, ya que sé que si hablo en francés muchas veces ni me contestan. Me parece un tanto estúpido porque creo que es una idea retrógrada que se está inculcando a las nuevas generaciones.
en2min: El problema viene desde hace muchos años y es un pensamiento un tanto antiguo. ¿Cómo vivís los jóvenes el dilema?
A.B.: Personalmente tengo amigos que son del área de Flandes y mantengo una relación buena con ellos. Es cierto, que cuando hablamos de temas políticos hay disputas, la mayoría consideran que la lengua materna de Bélgica debería ser el neerlandés. Yo creo que ambas lenguas pueden convivir perfectamente y dan al país un cosmopolitismo que otros no tienen.
en2min: ¿Has tenido problemas con personas que hablan neerlandés por el hecho de hablarles en francés?
A.B.: Sí. Una de mis absurdas experiencias fue en una excursión a la costa belga. Nos perdimos con el coche y no teníamos GPS, preguntamos a varias personas cómo llegar en francés, y a pesar de que nos entendieron, no quisieron indicarnos porque no hablábamos neerlandés, nos insultaron y dijeron que volviéramos a nuestra “zona pija francesa”. Al final, optamos por hablar en inglés, la gente nos respondía con amabilidad y sin problema.
en2min: ¿Tus padres te han inculcado la defensa de los belgas que hablan francés frente los flamencos?
A.B.: No. Aunque yo soy belga, mi madre es finlandesa y mi padre es mitad belga, mitad francés. No son muy políticos y creo que les da igual, que a mi parecer es lo normal. Bélgica es un país muy rico en culturas, de hecho con todas las instituciones europeas que tenemos las lenguas deberían ser el último motivo de disputa. En Bruselas se habla más inglés que francés, pero también hay una gran población española o italiana por ejemplo. Deberían verlo como una ventaja y no como un enfrentamiento. Aunque, es cierto que los flamencos siempre han sido vistos como la gente pobre, una lengua para las clases bajas, esa no es la realidad actual. Los flamencos son personas trabajadoras y generalmente muy inteligentes, es un error seguir clasificándolas como la población pobre y sin cultura. Creo que al igual que en España tenéis un resentimiento entre los de izquierdas y derechas tras la dictadura franquista, aquí existe un dolor de clases sociales por lo que pasó en el pasado.
August Becque: Desde que soy niño he oído hablar del tema. Cuando un belga que habla francés se desplaza a la zona de Flandes suele estar mal visto, de hecho cada vez que voy de excursión por pueblos a las afueras de la capital procuro hablar inglés, ya que sé que si hablo en francés muchas veces ni me contestan. Me parece un tanto estúpido porque creo que es una idea retrógrada que se está inculcando a las nuevas generaciones.
en2min: El problema viene desde hace muchos años y es un pensamiento un tanto antiguo. ¿Cómo vivís los jóvenes el dilema?
A.B.: Personalmente tengo amigos que son del área de Flandes y mantengo una relación buena con ellos. Es cierto, que cuando hablamos de temas políticos hay disputas, la mayoría consideran que la lengua materna de Bélgica debería ser el neerlandés. Yo creo que ambas lenguas pueden convivir perfectamente y dan al país un cosmopolitismo que otros no tienen.
en2min: ¿Has tenido problemas con personas que hablan neerlandés por el hecho de hablarles en francés?
A.B.: Sí. Una de mis absurdas experiencias fue en una excursión a la costa belga. Nos perdimos con el coche y no teníamos GPS, preguntamos a varias personas cómo llegar en francés, y a pesar de que nos entendieron, no quisieron indicarnos porque no hablábamos neerlandés, nos insultaron y dijeron que volviéramos a nuestra “zona pija francesa”. Al final, optamos por hablar en inglés, la gente nos respondía con amabilidad y sin problema.
en2min: ¿Tus padres te han inculcado la defensa de los belgas que hablan francés frente los flamencos?
A.B.: No. Aunque yo soy belga, mi madre es finlandesa y mi padre es mitad belga, mitad francés. No son muy políticos y creo que les da igual, que a mi parecer es lo normal. Bélgica es un país muy rico en culturas, de hecho con todas las instituciones europeas que tenemos las lenguas deberían ser el último motivo de disputa. En Bruselas se habla más inglés que francés, pero también hay una gran población española o italiana por ejemplo. Deberían verlo como una ventaja y no como un enfrentamiento. Aunque, es cierto que los flamencos siempre han sido vistos como la gente pobre, una lengua para las clases bajas, esa no es la realidad actual. Los flamencos son personas trabajadoras y generalmente muy inteligentes, es un error seguir clasificándolas como la población pobre y sin cultura. Creo que al igual que en España tenéis un resentimiento entre los de izquierdas y derechas tras la dictadura franquista, aquí existe un dolor de clases sociales por lo que pasó en el pasado.
Texto y fotografías: Macarena Jiménez
@Macarena4646
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