Si de la Unión Europea debiéramos empezar hablando, si alguien nos pidiera que explicáramos en qué consiste, deberíamos remontarnos al inicio, conocer el porqué de su formación, su historia, sus instituciones y sus funciones. Muchos saltan al charco y se atreven a opinar utilizando tecnicismos que ni ellos mismos entienden y, lo que es peor, pretenden que el pueblo lo haga.
La realidad de esta gran comunidad es que se creó ante la necesidad de una paz mundial, con la intención de involucrar en lo político al ciudadano propagando la democracia, pero, a día de hoy, no es ni la sombra de lo que se planteó en aquel Tratado de Maastricht. ¿Por qué es tan difícil explicar con palabras normales los intereses que atañan directamente a los ciudadanos? ¿Por qué teñimos de verde lo que es blanco y no dejamos que se ejerza una democracia como tal?
Llegan las elecciones. Un encuentro del ciudadano con el papel, un sistema que se creó para poner en contacto al pueblo con los políticos, para que la decisión contara. Que fácil es para los políticos hacer cuatro acciones publicitarias, soltar el meeting aburrido y decir a la sociedad que vaya a votar, que es muy importante. Pero las estadísticas dicen que tan sólo un 57% de la gente votará y que un 25% está informada de las funciones que ese eurodiputado desempeñará a favor de su país.
Tampoco es justo que muchos ya escriban que un 99% de la población le interesa más la final de la Champion que se celebrará en la noche víspera a la votación, porque eso dice mucho de la clase de personas en las que nos hemos convertido, donde lo importante es el fútbol y esas cervezas en la mano, donde el ocio acapara nuestras vidas y donde indirectamente estamos apoyando un juego que en gran parte a endeudado a nuestro país a través de la compra de jugadores que somos incapaces de pagar. Hablo de juego, pero quizá debería llamarlo “arma”, porque desde hace unos años viene siendo la excusa perfecta para todos los políticos para evadir al ciudadano de los problemas y manipularle, que es lo que mejor saben hacer.
Estos eurodiputados velarán por esos dichosos intereses sociales, que nos guste o no serán nuestra palabra en la gran sala. El camino fácil es abstenerse y dejar que el resto decida, como cuando éramos niños y dejábamos que el líder eligiera el juego, pero si pasamos la pelota y nos acomodamos indignados en los sofás de nuestras casas, nunca nada va a cambiar. Hace años unos cuantos pensadores como Churchill o Schuman decidieron cambiar el curso de la historia y crear una unión de países, una democracia global que diera oportunidades, que mezclara culturas y pensamientos, ¿por qué no luchar por conseguir lo planteado en un papel hace muchos años?
Más información: http://www.elections2014.eu/es/in-the-member-states/Spain
Texto: Macarena Jiménez
@Macarena4646
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