Machado, una obra en el cauce del Duero
El 22 de febrero de 1939 falleció, en la localidad francesa de Colliure cerca de la frontera española, región del Rosellón, el poeta español Antonio Machado.
Pedro Rodríguez. Como el mismo autor dice en su poema Retrato, “mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla; mi juventud veinte años en tierra de Castilla”, y es en esta etapa de su vida que pasó en Castilla, a la que nos referiremos principalmente. Antonio Machado fue un hombre de provincias.
Escribió mucho sobre las tierras de Soria y de manera especial hizo alusión en varios poemas al Río Duero, e incluso le dedicó alguno de ellos como 'Orillas del Duero' y 'A orillas del Duero'. El primero describe el paisaje de las orillas del torrente cuando el verano está tocando a su fin y la primavera empieza a hacer acto de presencia:
“El Duero corre, terso y mudo, mansamente;
Entre las hierbas, alguna humilde flor ha nacido”.
Machado escribió: “Todo lo que es español, me encanta y me indigna al mismo tiempo”. Y es que uno de los reflejos de la parte encantadora que España tenía para Machado se aprecia en el poema del que hablamos 'Orillas del Duero' que concluye: "¡Hermosa tierra de España!”.
'A orillas del Duero', es un poema en el que Machado habla de Castilla, de lo qué fue, de cómo el Duero discurre por sus tierras y de lo que sucede a orillas de éste.
“Las serrezuelas calvas por donde tuerce el Duero”; refiriéndose a las sierras sin vegetación por las que el rió avanza.
“[...] cruza el corazón de roble de Iberia y de Castilla”; el Duero, desde su nacimiento en Soria (Picos de Urbión) y su paso por el centro de Castilla y de la península Ibérica en su camino hacia el Atlántico, representa uno de los ríos más importantes de España, no sólo por sí mismo, sino también por la cantidad de afluentes que le rondan por ambas márgenes. El Duero es uno de esos largos ríos, que como dice Machado, “abandonan Castilla, hacia la mar”. Y aludiendo al pasado glorioso castellano se refiere “Castilla miserable, ayer dominadora; envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora”.
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Antonio Machado. |
También Soria, la provincia que ve nacer al mencionado río Duero es protagonista de los poemas de Machado: en 'Campos de Soria' habla de todo el esplendor con el que cuenta la antigua fortaleza numántica, de la belleza de una provincia cuya tierra es “árida y fría”, en la que “el campo sueña” y donde “brotan las violetas perfumadas”. Tan fría y tan pura como mística y guerrera, “por donde traza el Duero su curva de ballesta”.
Antonio Machado dijo al respecto de su vida: “está hecha más de resignación que de rebeldía, pero de cuando en cuando, siento impulsos batalladores que coinciden con optimismos momentáneos de los cuales me arrepiento y sonrojo al poco indefectiblemente”. Estas palabras escritas cuando rondaba los cuarenta años son un reflejo de su tendencia a la soledad. Una soledad, que cubrió y llenó con la tierra soriana tan apreciada por él a la que dedicó versos como “¡Oh!, sí, conmigo vais campos de Soria, [...] que el sol de España os llene; de alegría, de luz y de riqueza!”.
En el 75 aniversario su muerte, hemos destacado su vinculación con la tierra española en general y particularmente con castilla y con Soria, fuente de inspiración para una parte importante de su obra. Además sus referencias a uno de los ríos más importantes de nuestro país y por supuesto de nuestra región, que discurre a los largo de las provincias de Soria, Burgos, Valladolid y Zamora, y que posee la mayor cuenca hidrográfica de la Península Ibérica.
"En la desesperanza y en la melancolía
de tu recuerdo, Machado, mi corazón se abreva".
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