La mujer, un blanco
fácil de todo tipo de agresiones
El pasado 8 de marzo se
celebró el Día Internacional de la Mujer, un día en el que miles de mujeres
festejan su condición de féminas y sus libertades. Sin embargo, a pesar de que
los derechos de la mujer han evolucionado considerablemente con respecto a hace
50 años, aún en la actualidad muchas chicas no tienen los derechos que se
merecen, es el caso de muchos países en los que éstas viven en un estatus
social de sumisión constante, países en los que una mujer puede valer menos que
una cabra o una cabeza de ganado.
A pesar de ello,
debemos ser conscientes de que hay escalas. Todas las españolas tenemos
libertad para hacer un sinfín de cosas a las que día a día no damos
importancia, pero que son del todo inimaginables para millones de mujeres que
viven en países árabes: conducir un coche, casarse por amor, trabajar fuera de
casa… Egipto, Afganistán y la India son los lugares donde las mujeres gozan de
menos libertades.
Es el
caso de Egipto, el peor país del mundo árabe
para las mujeres según un estudio realizado por la Fundación Thomson Reuters y
realizado por más de 300 expertos en igualdad de género. Los informes y
testimonios recogidos son impactantes, aún en 2014 el 72% de las mujeres y niñas
sigue sufriendo la mutilación genital, práctica realizada, generalmente, por
sus abuelas o madres, sin ningún tipo de conocimiento médico, por lo que muchas
de ellas sufren infecciones, se desangran durante el proceso o mueren a causa
del dolor. Sin embargo, no es el único sufrimiento por el que tienen que pasar.
Según la ONU en Egipto el 99.3% de mujeres son objeto de hostigamiento, son
muchas las que sufren violaciones en plena calle, maltratos psicológicos o
físicos, a diario y de manera individual o colectiva. En la capital, luchar por
tus derechos o acudir a una manifestación es jugar a una ruleta rusa en la que
las balas son hombres. En mayo de 2005, durante la dictadura de Mubarak, un
grupo financiado por el Ministerio del Interior violó a numerosas mujeres en lo
que se conoció como “el miércoles negro”. Durante la primavera árabe hubo hasta
25 ataques sexuales al día en la plaza de Tahrir.
María Sánchez, arabista
española y cofundadora, junto a la egipcia Soraya Bahgat, de Tahrir Bodyguard,
organización que acompaña, protege, socorre y asesora a las mujeres que deciden
manifestarse en El Cairo señala: “El acoso a la mujer es una constante que
sufren todas sin importar la edad, raza o vestimenta. Las mujeres siguen siendo
ciudadanas de segunda clase. Son madres y dueñas de su casa, pero una mujer más
reivindicativa e independiente supone una amenaza para muchos hombres”.
Pero no solo las
mujeres egipcias sufren ese recorte de libertades en Afganistán las mujeres corren el riesgo de ser
violadas, secuestradas o caer en el tráfico de personas. A pesar de que en 2009
se aprobó la ley de Eliminación de la Violencia contra las Mujeres pero no se
cumple. La inseguridad femenina existe con el consentimiento de fiscales,
policías y jueces, que en vez de ajusticiar a los delincuentes, se afanan en
encerrar a las mujeres, acusándolas de crímenes contra la moral, tales como el
adulterio, huir de matrimonios forzados o escapar de las agresiones de maridos
o familiares que las venden al mejor postor, delitos por los que pueden cumplir
penas de cárcel de hasta 15 años, mientras que sus agresores están en la calle.
En la India, en
diciembre de 2012 una estudiante fue asesinada y violada por 5 hombres en un
autobús público, este hecho no ha sido una excepción, sin embargo sirvió para
encender la llama y para que la clase media del país exigiera un cambio en la
legislación. Lo que se produjo en 2013 cuando el gobierno aprobó nuevas leyes
que criminalizan los ataques con ácido y el voyeurismo, e incluyen incluso la
pena de muerte cuando la víctima muera o se encuentre en coma por largo tiempo.
Aún así, la legislación sigue sin considerar delito la violación en el seno del
matrimonio si la esposa tiene más de 15 años y las fuerzas de seguridad
continúan gozando de inmunidad jurídica efectiva por los delitos de violencia
sexual.
Toda
esta falta de derechos ponen los pelos de punta, pero no hay que irse tan lejos
para ver la privación de las libertades
de las mujeres. En nuestro país muchas mujeres son maltratadas por sus parejas,
cada año aumentan más las mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas, e
incluso en la gran mayoría de trabajos cobran más los hombres que las mujeres,
desempeñando la misma labor. Por eso debemos seguir peleando por la igualdad de
género, por los derechos de la mujer, para que un día éstas desaparezcan
definitivamente.
Texto: Mónica Conde.
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