Con motivo de la Exposición Universal de 1889, que conmemoraba el centenario de la Revolución Francesa, se planteó la posibilidad de levantar sobre el Campo de Marte de París una torre de hierro con una base cuadrada de 125 metros de lado y 300 metros de alto. El proyecto elegido, entre 107, fue el de Gustave Eiffel, constructor e ingeniero, ayudado en la realización de la obra por Maurice Koechlin y Emile Nouguier.
Los primeros planos de la torre están fechados en 1884 pero no fue hasta el 28 de enero de 1887 cuando se realizaron las primeras excavaciones. Tras 2 años, 2 meses y 5 días, el 31 de marzo de 1889, finalizó oficialmente su construcción.
Antes de levantar la obra por la que es mundialmente conocido, Eiffel comenzó a trabajar con estructuras metálicas y así, en 1877, diseñó el arco de metal de 160 metros del puente sobre el Duero cerca de Oporto. Además trabajó también en el diseño del soporte de la Estatua de la Libertad.
Uno de los monumentos más visitados del mundo, que superó los 7 millones de visitantes en 2013, es, desde su levantamiento, símbolo y emblema tanto de la ciudad como del propio país. Aunque tenía fecha de derrumbe, pues el proyecto inicial establecía que estaría en pie hasta 1909, la colocación una antena de radio, por parte de la armada militar francesa, fue lo que la salvó de ser demolida. Durante algunos años fue la construcción más alta del mundo, hasta que en 1930 se construyó en Nueva York el Edificio Chrysler.
En2minutos ha visitado recientemente la capital parisina y ha podido disfrutar de las vistas desde lo alto de la torre. Escogiendo la opción mixta de subida, es decir, hasta el segundo nivel por las escaleras (719 escalones), y desde el segundo al tercero en ascensor. Se puede disfrutar de las impresionantes vistas ahorrando, tanto dinero como tiempo, la espera en la fila es mucho menor, en esta opción mixta.
Su construcción despertó alguna polémica porque algunos habitantes la consideraban tosca estructura carente de sensibilidad artística. Incluso algunos intelectuales como Zola, firmaron una carta de protesta dirigida al comisario de la Exposición en la que se quejaban de una “torre vertiginosa y ridícula que domina París, como una gigantesca y oscura chimenea de fábrica”.
A pesar de las dudas que suscitó al principio, ni sus 2 millones y medio de remaches, ni sus 7.300 toneladas de hierro, ni las 60 toneladas de pintura que la cubren dudan hoy en día del prestigio tanto de la estructura como de su creador.
Texto: Pedro Rodríguez.
@pedritostich
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